Existen determinadas esferas de influencia que pueden ser alcanzadas a través de posiciones y riqueza; todas, en su naturaleza intrínseca, son transitorias y efímeras. No obstante, contrastando con estas, se erige una zona de poder inaccesible, una que trasciende las limitaciones mundanas: aquella que interiorizaste de tu madre águila en el instante en que despertaste dentro de lo más profundo, de su nido protector. (De mi novela en proceso «Cazadores de mariposas»)